jueves, 22 de mayo de 2008

Los Versos Satanicos


Hay un libro que causo polémica entre le pueblo musulmán, llegando incluso a poner precio a la cabeza del autor (según se, la ultima oferta era de 2.8 millones de dolares): Los versos satánicos. este es un libro que llama la atención desde el principio. Jugar con un titulo así es llamar a la polémica desde el principio, pero a lo largo de esta novela (larga novela) se va jugando con el titulo mismo, llevando esos "versos satánicos" a los limites de la venganza y los celos, a expresiones culturales puestas en un contexto distinto, a los juegos infantiles, e incluso a la boca de un confuso mahoma.

Los versos satánicos es un libro que habla sobre la religión, pero sin la visión etnocentrista (a veces creo que esa palabra se usa mas de lo que su etimología permite) que nos lleva a muchos a pensar que hablar de religión es hablar de cristianismo, judaísmo o islamismo. La religión como acto de fe, como sistema de creencias, como ejercicio del poder, esa es la religión real, a la que Salman Rushdie clava los dientes en su novela. Se habla principalmente de la naturaleza del bien y el mal. Dos conceptos antagónicos. El bien y el mal , según se dice en el libro, no son dos fuerzas distintas que luchan entre si por la dominación del alma humana, y mucho menos dos entidades suprahumanas que juegan al ajedrez con los pobres mortales. El bien y el Mal se representan como dos facetas del ser humano, como posibilidades que surgen a partir de la vida misma y que se manifiestan como dos extremos indisoluble de un todo (el alma humana quizás). El bien y el mal son entonces dos aspectos de la naturaleza humana, como se entiende en el taoísmo, y por lo tanto ninguna religión puede "sacar el mal de nosotros" porque somos nosotros mismo el mal (y al mismo tiempo somos el bien). En esta obra no hay mas dios ni mas demonio que el autor mismo.

La narrativa transcurre a través de la historia de dos sobrevivientes de un atentado a un avión, que caen del cielo para transformarse, físicamente, en un ángel (el arcángel Gabriel, el favorito de cristianos, judíos y musulmanes) y en un sátiro (la imagen favorita del demonio hedonista de esos mismos grupos). A través de lo que les sucede a estos dos desafortunados personajes vemos como el autor expone que el mal (en apariencia) no es del todo malo y no es eternamente condenable por ello, y que el bien absoluto (y la idea de que el deber del "bueno" es cargar con el rescate de todas las demás almas del universo) es demasiada carga para un alma que nunca deja de ser cegada por la pasión de su opuesto. A estas dos historias paralelas (de la desgracia a la paz para uno, y de la gracia divina a la locura para otro) se van atando otras historias que revolotean como mariposas (cuando lo lean sabrán porque hablo de mariposas) alrededor de la muerte y la fe ciega, y como la fe llega a satisfacer a quienes se ven desprovistos de razones mas fuertes.

El libro en si es una magnifica referencia de la obra del autor. Con una narrativa entrecortada, quizás hecha para crear mas curiosidad en el lector, pero con una utilización del lenguaje (el traductor de la obra merece mi respeto casi absoluto por el difícil trabajo que debe haber representado una traducción al español), Salman Rushdie logra contraponer con magnifica irreverencia la razón la fe, en un libro que habría odiado Soren Kierkegaard.

jueves, 1 de mayo de 2008

El Topo, un film de Jodorowsky


Tuve la oportunidad de ver una película muy interesante: El topo. Un film dirigido, escrito y protagonizado por Alexandro Jodorowsky. La película es en si una muestra de uno de los espectros mas extremos del cine, y del arte en general. Lo grotesco y lo estético fusionados en una película que utiliza como recurso narrativo (y estético) la dualidad en constante interacción, casi (con)fundiéndose entre si. El bien y el mal, lo bello y lo grotesco, el este y el oeste, el cristianismo y el budismo, el hombre y la mujer, símbolos sobrepuestos que se van mezclando y confundiendo sobre la iconografía religiosa y del poder. Se juega con los opuestos en una espiral de símbolos. Incluso el final de la pelicula es final y principio al mismo tiempo.

La narración de la película se da a través de dos momentos. El primer describe el proceso de cambio que justifica al segundo. Durante una primera parte el Topo se busca a si mismo, mediante el conflicto (con el y con otros) conociendo a 4 grandes maestros que hacer recordar las películas asiáticas de kung fu. Los cuatro maestros "le hacen ver el camino" que lo lleva a su muerte, porque para renacer ha que morir primero. El topo es aquí un justiciero, un violento liberador de los oprimidos, un mesías. Su renacimiento da lugar a la segunda mitad de la película, en la ya no viaja mas en busca de si mismo, sino de los demás. Se transforma en una especie de monje que busca liberar a un incomprendido y discriminado pueblo de su encierro. Aquí, libre de sus ataduras anteriores entrega todo para ayudar a los desposeídos, llegando a la humillacion y denigracíon propia para ayudar a los demás. Esta segunda parte, mucho mas directa y menos simbólica, transcurre en un pueblo que es una sátira burlesca de la sociedad moderna con todos sus vicios. Finalmente, al ver frustrados e inútiles sus intentos por ayudar, desata sobre le pueblo un apocalipsis que lo lleva al suicidio.

La película, heredera del teatro del pánico y del absurdo, resulta siendo una catarsis. Provoca una reacción fuerte en el espectador. Ya ea que te impacte su fotografía, que te maraville su simbolismo, que te asquee su crudeza, o cualquier otra cosa, la película no pasa desapercibida para ninguno. La película puede gustar o no al espectador (a mi me gusto), pero es imposible que le sea indiferente. Un western a medias, solo en apariencia, que encierra una irreverente critica a la moral, lo sagrado y la hipocresía del poder.