martes, 31 de marzo de 2009

Rec (punto rojo)

Ultimamente he visto muchas películas de receta, de esas que intentan espantar con formulas preestablecidas y esquemas lógicos que no solo no sorprenden (que es uno de los principios básicos del susto, la sorpresa) sino que además arruinan la tensión (elemento básico del miedo) mediante la predecible trama de siempre. Entre tanta película de "miedo" que se deja venir desde las insípidas mentes de los cineastas de terror estadounidenses, viene desde España una propuesta fresca y muy interesante. Se trata de Rec. Esta película esta grabada de forma que todas las imágenes están en función de la grabación hecha por un camarógrafo para un reportaje. Le da un toque de realismo muy interesante, y una crudeza también muy buena. Muy al estilo de lo que hace algunos años fue El proyecto de la bruja de Blair, aunque con la variante de que no se trata de un documental en si, sino de un reportaje sobre bomberos que desenboca en otra cosa.



La película inicia con la grabación de un documental sobre el cuerpo de bomberos. Todo inicia de forma muy informal, mostrando todo el rodaje en crudo de la grabaciond e un reportaje en la estación de bomberos. La ruptura inicia en el momento en que hay una llamada y la reportera y su camarógrafo salen junto a un grupo de bomberos a atender la llamada. A partir de esto, se dan una serie de situaciones extrañas que desenbocan en el aislamiento del edificio en que se da la llamada a los bomberos. Sin explicación alguna, se da una extraña infección que va cobrando vidas, y que termina en un desenlace lleno de gritos. El final es casi igual al del proyecto de la bruja de blair, con la cámara abandonada aun grabando, tirada en el suelo.




Esta película hace de una forma sencilla y con un presupuesto muy inferior, lo que muchisimas películas hollywoodenses no logran: asustar. Aunque hay que reconocer que en estos tiempos en que los noticieros son mucho mas violentos que cualquier ficción, es poco lo que nos puede asustar, pero esta película mantiene la tensión suficiente como para que cualquier ruptura en el orden nos haga saltar (o por lo menos tensar los músculos casi como un espasmo). Una película recomendable para los que gustan del cine de terror, y que ya están aburridos de ver las malas imitaciones estadounidenses de películas japonesas de miedo.




Nota: Ya sacaron también una copia gringa de esta película, se llama cuarentena, y no se si sea tan mala copia como lo hacen de las japonesas, pero la verdad, no tengo ganas de verla.

Ausencia

Tanto tiempo de ausencia y todo lo que quda es la ausencia misma...

La ausencia nos deja un poco mas cerca de nosotros mismos. Nos ausentamos de todo, pero nunca podemos alejarnos de nosotros mismos. Por eso la ausencia es un acercamiento a nuestro ser interior, a nuestra persona sin las mascaras (jungnianas) que nos cambian a sabor y antojo de quienes nos rodean. Solo soy yo mismo cuando estoy ausente. Y es que es la soledad de la ausencia la que nos determina, la que nos otorga esos instantes de autoconocimiento que permiten que no nos perdamos en el mar de las ilusiones ajenas, entre la muchedumbre de mascaras y artificios sociales.
En esta ausencia se a dejado ver la muerte entre las lineas de esta historia sin final aparente. Las soledades de Babel me han dejado un sabor amargo en la boca, que se me ha ido quitando poco a poco con una terapia de palabras dulces y respuestas con besos. Las cosas suceden, y lo que vine extra se lo agregamos de forma subjetiva, dándole significado y razones a las casualidades y causalidades. Nos llenamos de significados y símbolos para satisfacer ese deseo de entender lo inexplicable. Pero ahí ha estado todo eso en esta ausencia. Y ahí seguirá estando en la próxima.

Y después de todo, solo me quedan situaciones en la balanza, y una voz femenina que me llama a no dormir...