lunes, 17 de noviembre de 2008

Un modelo apra armar... sin llegar a armarse por completo

Julio Cortazar es de esos escritores que nunca dejan de sorprender en cada escrito, a pesar de poseer un estilo único. El psicologismo obsesivo de algunos de sus textos es inconfundible, junto a un uso inesperado y al mismo tiempo demencialmente preciso, dejan en el lector una sensacion de estar leyendo algo mas, de tener ante si una especie de texto arcano que devela viejos misterios de la vida. Así, bajo este paraguas de ideas, se encuentra 62/modelo para armar. Esta novela, hija de una idea proveniente de otra (de Rayuela), lleva esa irreverencia de Cortazar a niveles inimaginables. No es una novela convencional, no es en si una novela en el sentido que se nos enseña en la escuela, con un principio, un nudo dramático y una resolucion. es mas bien un ir y venir temporal y espacial a través de la complicada vida de sus protagonistas.
La vida de un grupo de bohemios, intelectuales que juegan son su propia cordura a través de instancias infantiles, pero profundamente razonadas. A través de las paginas de este libro se van transformando las relaciones entre los personajes, van mutando, dejando ver las desnudas ilusiones de cada uno, los amores escondidos y los que no se esconden. Es gracioso, pero en este libro Julio Cortazar deja que los impulsos amorosos se den a flor de piel, dejando la fantástica ironía de que entre los personajes, al final del libro (que no es en si el final de una historia), no se corresponda el amor. el amor, en este libro, y quizás en toda la ficción de Cortazar, es un hilo conductor que nunca es realmente justo, como la vida misma. Obsesión e infección. "¿Cuantas combinaciones habrá en esa roñosa baraja que le tipo con cara de pescado esta mezclando en el fondo?"


Todo en este libro es una magnifica composición, una danza de palabras. En cierta forma, el libro nos va arrojando a la cara una enorme cantidad de frases que resuenan por su universal validez, por su verdad empírica, y que nos dejan en la mente no solo la sensación de constante despertar, sino además el repique de experiencias propias. Comprender es un acto que necesita de cierta facilidad infantil en este libro. Quizás esa sea otra gran parte de este libro, el infantil deseo por lo que muchos llaman vanalidades, por juegos que no importan mucho en el devenir común de esas personas que se ocupan mas de no morir que en vivir. La inutilidad de la vida no esta en la poca importancia de nuestras acciones, sino en nuestra propia incapacidad para ver que lo que nos es mas útil es lo mas sencillo.


No hay mucho mas que decir sobre un libro como este. no hay mucho que decir sobre un escritor como este. En realidad, podría escribir miles de cosas, pero ninguna tendría mucho sentido. Este tipo de lecturas, este tipo de escritores no deben tomarse a partir de lo que alguien mas diga, sino tomarlos a partir de uno mismo, y crear a partir de eso un propio mundo de significaciones. Julio Cortazar es uno de esos autores que crean en cada individuo un universo de símbolos personales, un mar de nombres para usar en nuestra cabeza, y quizás en algún afortunado momento de felicidad, compartirlo.



No hay comentarios: